martes, 4 de marzo de 2008
martes, 26 de febrero de 2008
miércoles, 20 de febrero de 2008
miércoles, 13 de febrero de 2008
bucay
Me gusta utilizar los cuentos de una manera didáctica no sólo para crearles experiencias literarias a los niños, sino también, como bien dice Bucay, para enseñarles a pensar, y ser personas.
sábado, 9 de febrero de 2008
AMARILIS
Estaba Amarilis,
pastora soberbia,
guardando ganados
al pie de una sierra.
Sentada a la sombra
de una parda peña,
haciendo guirnaldas
para su cabeza.
Cortaba las flores
que hallaba más cerca,
íbanse a su manos
las que lejos eran.
Las que se ceñía
siempre estaban frescas,
y las que dejaba
de envidia se secan.
El sol, que la mira
tan hermosa, piensa
que tiene dos caras,
o que el sol es ella.
Su ganado ufano
anda por las cuestas
con tan bello dueño,
sin temor a las fieras.
(Francisco de Quevedo)
pastora soberbia,
guardando ganados
al pie de una sierra.
Sentada a la sombra
de una parda peña,
haciendo guirnaldas
para su cabeza.
Cortaba las flores
que hallaba más cerca,
íbanse a su manos
las que lejos eran.
Las que se ceñía
siempre estaban frescas,
y las que dejaba
de envidia se secan.
El sol, que la mira
tan hermosa, piensa
que tiene dos caras,
o que el sol es ella.
Su ganado ufano
anda por las cuestas
con tan bello dueño,
sin temor a las fieras.
(Francisco de Quevedo)
SONETO A LUIS DE GÓNGORA
Yo te untaré mis obras con tocino
porque no me las muerdas,
Gongorilla,perro de los ingenios de Castilla,
docto en pullas, cual mozo de camino;
apenas hombre, sacerdote indino,
que aprendiste sin cristus la cartilla;
chocarrero de Córdoba y Sevilla,
y en la Corte bufón a lo divino.
¿Por qué censuras tú la lengua griegasiendo
sólo rabí de la judía,cosa que tu nariz aun no lo niega?
No escribas versos más, por vida mía;
aunque aquesto de escribas se te pega,
por tener de sayón la rebeldía
miércoles, 30 de enero de 2008
CUENTOS
EL SUEÑO
El hijo de Mulla Nasrudin fue a ver a su padre y le -dijo:
—Esta noche he soñado que me dabas cien afghanis.
—Pues bien —dijo Mulla—, como eres un hijo sensato, estos cien afghanis que te he dado en sueños no te pediré que me los devuelvas. Puedes guardiírtelos y comprarte lo que ts± apetezca.
Una pequeña verdad siempre es preferible a una inmensa mentira.
Imagina que has estado casado durante cincuenta años y que en el momento de tu muerte, el otro viene a escupir sobre tu tumba. Antes, te sonreían esperando tu herencia y luego te ponen en un rincón del panteón familiar. No significas ya nada. Es terrible haber vivido un ceño insensato y no haber hecho nunca frente a la realidad.
Mulla Nasrudin enseña, como un buen maestro, que l que saber distinguir la ilusión de la realidad.
Si tú sueñas que yo soy algo importante para ti, voy a decepcionarte. ¡Benefíciate de tu sueño, pero del saber que eso no tiene nada que ver conmigo! No obsta te, si tienes ilusiones, toma conciencia de su naturaleza.
Mulla le dice a su hijo: «Si crees en la existencia esta ilusión, vívela! ¡Veamos lo que puedes sacar de ella 3 que puedes comprar con ella!». Le provoca un conflicd el niño se da cuenta del carácter ilusorio de su sueño. i
En el fondo, Mulla lo que le está diciendo ci siguiente: '0
«¡La verdad que tú buscas, búscala en ti m' ¿Cómo vas a alcanzarla? ¡Ahuyenta de ti tus sueños! ¡ con eso!».
«Este hombre no te ama! ¡Se ha acabado! ¡De soñar!». 3
«¡Esta mujer no te ama! Deja de pedirle cu tipo de conmiseración: ¡estas ciego! ¡No tiene na darte! ¡Se ha acabado! ¡Ahora dedícate a vivir!».una pequeña verdad siempre es preferible a una inmensa mentira.
Imagina que has estado casado durante cincuenta años y que en el momento de tu muerte el otro vienen a escupir sobre tu tumba. No significas ya nada. Es terrible haber vivido un sueño insensato y no haberle hecho nunca frente a la realidad.
EL ASNO PERDIDO
Mulla había perdido su asno. Entonces se fue a través del bazar, pidiendo a todo el mundo que le ayudara a encontrarlo. quien diera con su animal, le prometía ofrecerle no sólo su propio asno sino también su albarda y todos sus arreos. La gente le preguntó entonces por qué se tomaba tantas molestias por encontrar su asno si después pensaba regalarlo en recome
pena...
—Pero —explicó él—, ¿es que no conocéis el placer que
siente al reencontrar algo que se había perdido?
1
Yo busco mi ser esencial, mi dios interior, porque lo he po dido. En alguna parte, nuestra civilización lo ha perdis (Si no os gusta el nombre de dios interior, podéis decir alma, el inconsciente, la naturaleza interior, la esencia, que queráis...) Yo he luchado toda mi vida por reenca trarlo. Sabía que, en alguna parte, existía algo, una luz mí. Cuando lo descubro, tengo el placer de haber rei contrado lo que sabía que poseía y, entonces, es preciso q lo dé y me disuelva en el mundo.
Todo el trabajo espiritual nos lleva a la entre uno mismo. No existe un ser realizado que no se entregado al mundo, al universo.
Amar es obtener para compartir. Cuando yo busco el amor. Cuando lo encuentro, lo comparto guida. No sólo lo comparto con mi pareja, sino taz con su familia, con la familia que formamos juntos, c amigos, etcétera.
El amor no compartido no existe.
Es una neurosis, un egoísmo, una locura.
Yo busco el amor a dos para compartirlo y ser entonces una luz en el mundo.
Yo trataba simplemente de formar una pareja y he aquí que me acabé encontrando con cinco hijos. ¡Qué sorpresa tener y ser una familia! No me arrepiento de ello, pues cada hijo que ha venido me ha abierto el corazón un poco mas, me ha conducido al trabajo y a la angustia, al psicodrama de perdonar a mis padres, etcétera. Me ha conducido a descubrir el amor y a quererles a todos.
Cada ser que aparece en tu vida es una bendición. n gato, una planta, un amigo, todo! ¡Un colaborador, un
pleado, un maestro..., qué gran alegría!
UN PESO MENOS
Un día, Mulla Nasrudin fíe a buscar madera al bosq echó los haces de leña a la espalda, montó a horcajadas su asno y se puso en camino hacia su casa. La gente con la
se cruzó por el camino se rió de él:
Por qué llevas tú los haces de leña sobre tu espal4
vez de cargarlos sobre tu asno?
—Hombres de poca fe, no sólo esta pobre bestia tiene i
llevarme a mí, ¿sino que encima queréis que la cargue con peso suplementario? ¡Es para no cargarla en exceso por lo llevo yo los haces sobre mi espalda!
Si el asno simboliza el cuerpo, la madera un problema Mulla el intelecto, podría decirse que existen personas ql creen desembarazarse del peso de un problema compre diéndolo, es decir, intelectualizándolo.
«¡Lo he comprendido perfectamente!», dicen, pe] en realidad, no han solucionado nada. Siguen teniendo problema. No se han desprendido de nada porque se ene fían a sí mismas. Juegan a haberlo comprendido todo, a ejemplares, pero no han solucionado cosa alguna.
MULLA, SU ASNO
Y SU ALFORJA
Nasrudín, montado sobre su asno, llevaba una pesada alforja sobre su espalda.
Uno que pasaba por allí le dijo:
-¿por qué no pones la alforja sobre el lomo de tu asno?
-¡estás loco!- le respondió mula. ¡ además de llevarme a mí!¿querrías que mi asno llevaras mi alforja?
Unas personas traban relacion contigo, llevando en su alforja su tristeza, su depresión, su agresividad, etcétera, y tú las llevas con su saco.
Te ves teniendo que cargarlas a ellas y a su cubo de basura. ¡respetemos al otro1
Limpiemos nuestro propio cubo de basura.
El hijo de Mulla Nasrudin fue a ver a su padre y le -dijo:
—Esta noche he soñado que me dabas cien afghanis.
—Pues bien —dijo Mulla—, como eres un hijo sensato, estos cien afghanis que te he dado en sueños no te pediré que me los devuelvas. Puedes guardiírtelos y comprarte lo que ts± apetezca.
Una pequeña verdad siempre es preferible a una inmensa mentira.
Imagina que has estado casado durante cincuenta años y que en el momento de tu muerte, el otro viene a escupir sobre tu tumba. Antes, te sonreían esperando tu herencia y luego te ponen en un rincón del panteón familiar. No significas ya nada. Es terrible haber vivido un ceño insensato y no haber hecho nunca frente a la realidad.
Mulla Nasrudin enseña, como un buen maestro, que l que saber distinguir la ilusión de la realidad.
Si tú sueñas que yo soy algo importante para ti, voy a decepcionarte. ¡Benefíciate de tu sueño, pero del saber que eso no tiene nada que ver conmigo! No obsta te, si tienes ilusiones, toma conciencia de su naturaleza.
Mulla le dice a su hijo: «Si crees en la existencia esta ilusión, vívela! ¡Veamos lo que puedes sacar de ella 3 que puedes comprar con ella!». Le provoca un conflicd el niño se da cuenta del carácter ilusorio de su sueño. i
En el fondo, Mulla lo que le está diciendo ci siguiente: '0
«¡La verdad que tú buscas, búscala en ti m' ¿Cómo vas a alcanzarla? ¡Ahuyenta de ti tus sueños! ¡ con eso!».
«Este hombre no te ama! ¡Se ha acabado! ¡De soñar!». 3
«¡Esta mujer no te ama! Deja de pedirle cu tipo de conmiseración: ¡estas ciego! ¡No tiene na darte! ¡Se ha acabado! ¡Ahora dedícate a vivir!».una pequeña verdad siempre es preferible a una inmensa mentira.
Imagina que has estado casado durante cincuenta años y que en el momento de tu muerte el otro vienen a escupir sobre tu tumba. No significas ya nada. Es terrible haber vivido un sueño insensato y no haberle hecho nunca frente a la realidad.
EL ASNO PERDIDO
Mulla había perdido su asno. Entonces se fue a través del bazar, pidiendo a todo el mundo que le ayudara a encontrarlo. quien diera con su animal, le prometía ofrecerle no sólo su propio asno sino también su albarda y todos sus arreos. La gente le preguntó entonces por qué se tomaba tantas molestias por encontrar su asno si después pensaba regalarlo en recome
pena...
—Pero —explicó él—, ¿es que no conocéis el placer que
siente al reencontrar algo que se había perdido?
1
Yo busco mi ser esencial, mi dios interior, porque lo he po dido. En alguna parte, nuestra civilización lo ha perdis (Si no os gusta el nombre de dios interior, podéis decir alma, el inconsciente, la naturaleza interior, la esencia, que queráis...) Yo he luchado toda mi vida por reenca trarlo. Sabía que, en alguna parte, existía algo, una luz mí. Cuando lo descubro, tengo el placer de haber rei contrado lo que sabía que poseía y, entonces, es preciso q lo dé y me disuelva en el mundo.
Todo el trabajo espiritual nos lleva a la entre uno mismo. No existe un ser realizado que no se entregado al mundo, al universo.
Amar es obtener para compartir. Cuando yo busco el amor. Cuando lo encuentro, lo comparto guida. No sólo lo comparto con mi pareja, sino taz con su familia, con la familia que formamos juntos, c amigos, etcétera.
El amor no compartido no existe.
Es una neurosis, un egoísmo, una locura.
Yo busco el amor a dos para compartirlo y ser entonces una luz en el mundo.
Yo trataba simplemente de formar una pareja y he aquí que me acabé encontrando con cinco hijos. ¡Qué sorpresa tener y ser una familia! No me arrepiento de ello, pues cada hijo que ha venido me ha abierto el corazón un poco mas, me ha conducido al trabajo y a la angustia, al psicodrama de perdonar a mis padres, etcétera. Me ha conducido a descubrir el amor y a quererles a todos.
Cada ser que aparece en tu vida es una bendición. n gato, una planta, un amigo, todo! ¡Un colaborador, un
pleado, un maestro..., qué gran alegría!
UN PESO MENOS
Un día, Mulla Nasrudin fíe a buscar madera al bosq echó los haces de leña a la espalda, montó a horcajadas su asno y se puso en camino hacia su casa. La gente con la
se cruzó por el camino se rió de él:
Por qué llevas tú los haces de leña sobre tu espal4
vez de cargarlos sobre tu asno?
—Hombres de poca fe, no sólo esta pobre bestia tiene i
llevarme a mí, ¿sino que encima queréis que la cargue con peso suplementario? ¡Es para no cargarla en exceso por lo llevo yo los haces sobre mi espalda!
Si el asno simboliza el cuerpo, la madera un problema Mulla el intelecto, podría decirse que existen personas ql creen desembarazarse del peso de un problema compre diéndolo, es decir, intelectualizándolo.
«¡Lo he comprendido perfectamente!», dicen, pe] en realidad, no han solucionado nada. Siguen teniendo problema. No se han desprendido de nada porque se ene fían a sí mismas. Juegan a haberlo comprendido todo, a ejemplares, pero no han solucionado cosa alguna.
MULLA, SU ASNO
Y SU ALFORJA
Nasrudín, montado sobre su asno, llevaba una pesada alforja sobre su espalda.
Uno que pasaba por allí le dijo:
-¿por qué no pones la alforja sobre el lomo de tu asno?
-¡estás loco!- le respondió mula. ¡ además de llevarme a mí!¿querrías que mi asno llevaras mi alforja?
Unas personas traban relacion contigo, llevando en su alforja su tristeza, su depresión, su agresividad, etcétera, y tú las llevas con su saco.
Te ves teniendo que cargarlas a ellas y a su cubo de basura. ¡respetemos al otro1
Limpiemos nuestro propio cubo de basura.
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